Descansa
en cortina traslúcida
que sobre el agua
veo su entera beldad.
Eres de otro mundo,
mi vírgen blanca.
La informidad de las cosas
es tan sólo
otra forma de las mismas.
Eternidad volcada,
parpadeante
en cada anochecer
que calcina la mirada.
Vienes y me tocas,
en esta noche exacta
de tristezas.
Varias estrellas
han surcando los sueños.
hasta llegar a mí
en este preciso segundo
que ya se ha apartado
del tiempo.
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