domingo, 16 de abril de 2023

OUROBOROS


 La palabra cede

ante su conglomeración

de estrellas,

a la vívida plaquette 

que se expande 

en el platino de la escama

cuando arquea las sílabas 

de la cola hacia la lengua. 


Los remolinos le dan su forma

y predicen el giro infinitesimal,

mientras un navío que transita

por constelaciones

como buscando la gamuza

del helio y el dorado

resopla sus diáfanas velas.


Allá, 

en el tumor anochecido,

se expande la vida

en glamuroso matiz marcado 

por el electrocardiograma 

de un quásar insomne.

El hollín de fuegos estelares

continúa inmisericorde

en su cumbre pedestal,

pero a la vez hermoso,

en ese mar oscuro

con todos sus excesos.


Abraza

con las olas del silencio

al solitario faro indoblegable

ante los extravíos

de la sal atomizada 

en la tempestad.

Soles rotos, desollados,

virtud de los vencidos

por el furioso cosmos

y su gran acantilado

que por garganta ostenta,

compasiva,

y nos abrasa presurosa.