lunes, 31 de mayo de 2021

Comisuras

Puso un guijarro 

entre muela y muela 

para conocer los límites 

de sus ilusiones, 

mientras

las gotas de un tejado 

entonaban dulcemente 

el andar de los ecos

y el incierto manjar 

de la mañana. 


Sonámbulo de día, 

aquel hombre

no conoció siquiera

el cascabillo de una dicha 

en la burlona mosca

a la orilla de su plato. 

Ni desconoció, 

la oración del solitario

o la retráctil garra 

de lo oscuro. 


Ese afable vagabundo 

recargó su frente 

en la pizarra del cielo

justo en los bordes 

de una nube. 

Ese mismo día, 

dejó caer la sucia tiza 

cansado ya de dibujar 

las vastedades.


El emperador de las sombras,

el indoblegable viento, 

caminaba

bajo pétreas comisuras, 

que aún resguardan

los dones y prodigios 

de épocas remotas.