sábado, 24 de septiembre de 2022

LA LISURA DE TU VOZ

 

                              Hans Giébe, autorretrato (2022)   

                           

Aquel labial 

al filo de la copa

no era tuyo, 

pero hay 

una manera de saber

si ese resplandor

fuera acaso un abalorio

que hablara sobre ti. 

Si esa forma de caricia,  

que aún me hiere

fuera acaso 

un filoso tajo al viento, 

de alba en alba, 

en el hueco abocardado 

en lo distante. 

Quizás hayamos habitado 

otros cuerpos, 

otras sombras,

repitiendo símiles anhelos. 

¿Te acuerdas de la diáfana luciérnaga

bailando en la orilla del cristal, 

y del vestido que moldeaba

tu silueta con pétalos negros 

en ollines apacibles? 


Aquel labial 

al filo de la copa

no eran tuyo. 

Y me fui, 

pero se quedó mi fuego, 

la lisura de mi voz ardiente, 

y mi cabello salvaje

sobre cada monumento. 

Mis latidos me llevé 

entrecortados por dejarte. 

Pero se quedó mi rostro, 

uno que enmarqué 

de letras y vacíos 

al muro tatuados. 

Quise no irme

y dejarte el aroma del relámpago, 

mi niebla toda 

en el encaje de tus manos. 


Aquel labial 

al filo de la copa

no era tuyo, 

pero me bebí el vino 

asentado hasta su fondo. 

Un vino de vergeles afrutado

y colmado de ilusiones.