sábado, 15 de octubre de 2022

La despedida


Me esperó solemne 

a que regresara del infierno

donde la gran ciudad colapsa. 

Estaba extendido, 

exhausto de esta vida

pero tenía aún las fuerzas 

para ronronearme tiernamente.


Esperó a que la muerte 

dejara de tentarme tan discreta 

y él se le ofreció en sacrificio

para obsequiarle 

unas bocanadas más 

a este portador del fuego.


Me dejó 

devolviéndome todas las caricias 

que le profesé por las mañanas, 

y todas esas palabritas dulces 

que inventé para su oído.


Me dejó 

para que yo atestiguara

de una forma seca pero hermosa 

que todo se marchita 

para abrirle paso a los inviernos.