Paul Gustave Fischer(Danish Painter, 1860-1935) |
A
estas alturas,
como
si de tiempo se tratara,
de
pronto me viene
el
hormigueante cantar
de
la elíptica pregunta.
¿Será
posible edificar amor en este mundo?
¿Será
posible iluminar
este
limbo interminable de lamentos?
¿Estamos
preparados para colocar
en
nuestros labios el jugo exuberante
de
tan enrarecido fruto?
¿Lo
merecemos?
Y
recuerdo que tuve un momento
de
cariño suavizado,
como
de nívea presencia danzante
en
los inviernos más austeros
de
la tierra.
Reconozco
que un par de sonrisas,
auténticos
manjares de alegría,
fueron
mariposas de fuego luminario
y
elevado gozo.
Me
reconozco en esa imagen
y
creo que aún hay esperanza,
que
no todo se trata
del
amargo juego de las apariencias,
o
del simple deber reproductivo.
Selección
biológica
a
conveniencia.
El
amor podría venir sin mandamientos,
al
igual que un ave en primavera.
Como
hombre,
le
exigí respuestas al mundo.
Pero
recapacité.
Me
he cansado de insistir.
En
mi pecho aún sonríe un niño
y
esto me basta
para
seguir vagando.
* * *
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