domingo, 31 de octubre de 2021

De copal y de naranjas




Vida, 

ya no me descarnes 

llevándote lo que amo. 

Muerte, 

en tu oscura mariposa 

has cargado mi destino. 

Hoy, 

las tristezas se deshojan 

marcando coloridos surcos 

sobre las banquetas. 

Son días de luto celebrado. 

Cierto bailar en el infierno

pero ya sin música. 


De los que aún caminan

quise ver sus corazones, 

mas no sus atuendos. 

El ojivacío que abotona su rostro, 

la miel seca

de su mortuorio canto, 

tan aparente como diluido. 

Su fluorescia evaporada

de copal y de naranjas, 

de pétalos henchidos

con lágrimas de cera. 


Porque, ¿sabes?, 

los muertos también envejecen

y las cosas que dejan pendientes 

son una telaraña blanca

detrás de su osamenta. 

Y la vuelven a tejer

cada que regresan al altar

para desmigar  

el vientre de los panes

y alargar la hebra 

del sabroso pulque 

con la dulzura del bocado 

que se otorgan las familias. 


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