sábado, 25 de octubre de 2014

EL TECAJETE


Mi hogar está muy cerca de un volcán enfurecido.

Su magma se contiene como gránulo de fuego

y un silencio extraño recorre sus arterias,

brasas rojas arden si lo veo.

Su nombre antiguo y moderno es Tecajete.

 

Las mañanas lo visten de nubosos linos,

lo atavían de blancos espectrales

e híbridos torrentes etéreos.

 

¿Habrá relación entre volcán y hombre?

¿Será que adoptamos

el carácter recio del tezontle?

Más vivo que la carne tejida burdamente,

más vivo que el sol resplandeciente.

 

Rugimos, coléricos rugimos,

la antigüedad de las palabras,

pues en su interior habita el fuego

y en mi interior la flama hierve.


                *           *          *  

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