"La comida frugal", Pablo Picasso, 1904.
Añoro
la lluvia
como
añoro el viento.
¡Cuán
volátil es esta cavidad
que
se hincha y se contrae
dentro
de mi pecho!
En
sólo un pequeño montículo
de
tejido rojo
se
albergan agrias esperanzas
y
la doble cara de las cosas.
Anhelo
la luz,
cuando
se regocija la lluvia
y
todo se ha consumido
en
terciopelos de agonía.
Me
gustaría desprenderme
de
este latido infatigable
que
todo lo siente.
Anhelo
no ser,
y
como siendo,
el
puro placer
de
no sentir la nada.
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