Culebra chirrionera o serpiente látigo rayada
(masticophis laterales)
El centígrado punzante
delineó gustoso el algodón etéreo,
la feral corchea en el dorso del diamante
y las formas de la nube.
Su látigo fue el siseo,
trinchete gustativo que elevaba al cielo
enroscado breve en radiantes mirasoles.
Un coágulo brillante
cayó en el adoquín de esmaltes y de vértebras
bajo columnatas de terso camuflaje.
Hermosísimas serpientes
arrullando a las rocas con su pecho urente,
con un colmillo de cicuta y de deseo
y en su ofidia lengua el verbo
con la perpetuidad del sol y sus clamores,
de amores varios consumados en penumbra.
Miedo siempre compartido,
de engullir o ser mordido
por un temblor abigarrado de apetitos
y geometrías de delicioso trazo
en la escama del amante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario