domingo, 31 de julio de 2022

LUCIÉRNAGAS

A la luz

le brotaron alas,

antenas glamurosas

que perciben holocaustos

y una herradura diminuta

que se cierra

ante la lluvia ennegrecida

por tanta ira rezagada.

Una luciérnaga

que roza mi cabello,

presintió el hastío

anegado entre los juncos.

Profunda en su aleteo,

como una veladora etérea,

está dispuesta

a devorar lo oscuro

para contrastar la noche

con su titilante parpadeo.

Luciérnaga que violas

lo imperturbable,

lo indecible,

el silencio de la calma.

Inseminas caracoles 

en busca del otoño por venir.

Diminuto led,

ingrávido relámpago

atrapado tras el voltio

de una glándula.

Fluorescencia a guiños,

luciérnaga bendita,

milagro de los cielos,

insectívora centella

de cegadora euforia

contra mis raídas cuitas.

Cuando me vaya,

vendrá por mí

una peregrinación de luces

que confundiré con hadas.