miércoles, 20 de enero de 2021

El Huatengo. San Pedro Tlaquilpan

Tláloc colmado de agua, 

repleto de sueños 

derramó su dulce labia 

en el Huatengo. 

El croar de las ranas

nos arrullaba 

bajo la teja y el adobe

después de la creciente lluvia 

que haría surgir también 

al ajolote. 

Azuleaba el paisaje

desbordado en las orillas

para surcir sus extremos

con jugosos tallos verdes.

Pareciera que la muerte 

ya no fuera muerte

ni que la vida 

ya no fuera vida

sino una flor

entremezclada,

o una hormiga quizá 

que me acompañe en mi partida, 

cuando lo que piense 

bajo esa montaña que trituran 

y el pensamiento de otra piedra

que he lanzado hacia los cielos

sean básicamente lo mismo. 

Cercanos ambos a la luna, 

abundante siempre, 

de enjoyadas imaginerías. 

Y no nos resta más que esperar 

a ser pulverizados, 

o a realmente, 

ser perdonados

por los astros.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario