sábado, 25 de enero de 2025

ILUSIONES PROPIAS


No cometeré el error 

de no vivir en el incendio

como aquellos que le rinden culto 

a la materia.

No vacilaré 

en desdeñar la opacidad de los templos

que desprecian 

la urente fragancia de la carne. 


No dimitiré 

sin haber explotado delicadamente,

y de nariz en nariz,

cada rostro de los girasoles

empotrados en la sequedad

del firmamento.


Que la locura borbotee 

en sus semillas

y sustituya los vanos artificios

de los que nunca amaron.

Que la locura se propague 

porque vulnerables son

al carbón enrojecido.


Ojalá que el delirio se derrame

en la frente y en la vista, 

en la cavidad del oído,

porque amar 

es arriesgarse siempre

cual maraña

en la flama del anhelo. 


Amar,

definitivamente,

es un morirse de a poco,

cargando las ilusiones propias

y sosteniendo las ajenas.