Se eclipsará
cada luciérnaga maravillosa
en las picas del salvaje trigo,
en cada grano triturado,
hasta destazar el titilo de su luz.
Arrojará al mortero
la liviana cordura que le sobra...
Porque
andrajosa anda la muerte
queriendo tomar el hilo de su brazo.
Quebrará su insecta voz
lejos de la copa arbórea
donde suele refugiarse.
Morirá de sed como el filósofo,
de una sed terrible de conocimiento.
Andrajosa anda la muerte
y vendrá
por cada luciérnaga perdida
en medio de la noche.