domingo, 23 de abril de 2017

Breve historia del libro




Breve historia del libro
   
      Jamás ha existido sobre la tierra objeto más hermoso que un libro. Jamás el hombre debería estar más orgulloso de un invento que el de la escritura. Se le dice bibliófilo a la persona que le profesa amor a estos objetos de tapa dura y celulosa. Personalmente considero que mi vida sería un pozo de lama ennegrecida sin la presencia de los libros. Esos tesoros de tinta y papel dieron forma a la persona que ahora soy. Sin los libros y su compañía mis días hubieran sido mero soplo de un sinsentido permanente, huecos y laberintos de pesadas horas en el vacío. No puedo concebir cómo un ser humano puede estar tranquilamente toda una vida sin la presencia, el deleite y el consejo de un libro.
       La base física de un libro es el papel. Las palabras biblos y liber significan en primera instancia: corteza interior de un árbol, aunque la piedra fue el primer soporte de la escritura. Los primeros ensayos de una página nacieron tres milenios antes de nuestra era con tablillas de arcilla que los sumerios usaron en Mesopotamia. El stilus era un instrumento triangular para imprimir los caracteres en la arcilla antes de ser cocida.
     Hablar de la historia del libro es hablar de los recursos tecnológicos desarrollados para su manufactura e impresión. La pieza más antigua de papiro se encontró en la tumba de Hemaka, de la primera Dinastía de Egipto, alrededor del 3035 a. C. Un precedente del libro fue el rollo de papiro o volumen. Se utilizaba para escribir un cálamo (tallo de una caña cortado oblicuamente) o utilizando plumas de aves. Algunos sobrepasaban los cuarenta metros, como el papiro de la crónica del reinado de Ramsés III. Se desenrollaban horizontalmente; el texto estaba escrito por una sola cara y dispuesto en columnas. El título se indicaba en una etiqueta atada. Los temas siguen siendo los mismos: sobre religión, política, economía (listados de impuestos, donaciones y ofrendas), didácticos, éticos (máximas y textos sapienciales) y literarios (poemas y cuentos). En sí, un libro tiene el propósito de transmitir información y valores culturales.
       Progresivamente el pergamino fue sustituyendo al papiro. Se atribuye su invención a Eumenes III, rey de Pérgamo. Su producción empezó hacia el siglo III a. C. El pergamino se elabora a partir de la piel de animales como el cordero, la vaca, el asno o el antílope. Las ventajas sobre el papiro es que podía conservarse por más tiempo en mejores condiciones. Se podía borrar el texto.
    Recordemos el uso de los códices en el antiguo México que, desafortunadamente, por una ignorancia y un fanatismo exacerbado, los españoles quemaron por miles. Eran muy similares al pergamino, hechos de piel de venado y otros animales, adornados bellamente por un lenguaje casi extinto repleto de color y figuras mitológicas. En la Edad Media el libro tuvo una evolución dentro de los monasterios. Es en los Scriptoria adoptó su forma oblonga, rectangular. Surgieron las bibliotecas, motivadas por este culto al libro,  ya fueran privadas o institucionales, principalmente del clero.
     En China se elaboraban láminas de bambú, y posteriormente se utilizaba seda en la que escribían con pinceles. El papel fue inventado alrededor del siglo II. La gran revolución llegó con la imprenta de Gutenberg hacia 1440, que abrió el camino a la era industrial de la edición. El libro ya no era un objeto único, escrito o reproducido de acuerdo con la demanda. El acceso a la lectura se hizo masivo y menos costoso.
       En 1540,  el impresor italiano Juan Pablos (Giovanni Paoli) establece la primera imprenta de América en la Ciudad de México. Casi quinientos debieron transcurrir sin modificaciones sustanciales hasta la ruptura que se produjo en los años ´90. La generalización de los códigos numéricos multimedia, el lenguaje binario (0 ó 1) de los textos logró sintetizar y transmitir datos que reproducen hasta imágenes, sonidos y animaciones. El hipertexto mejoró de forma notable el acceso a la información. Había llegado la era de la Internet y el Electronic Book (E-book).
     En 2001, por iniciativa de la UNESCO, se nombró a Madrid Capital Mundial del Libro; un dato abrumador es que el 30% de los españoles no lee ni un solo libro durante el año. Es ridículo que un país que pertenece a la Unión Europea tenga tan bajos índices de lectura comparado con los 47 libros que un finlandés lee en promedio al año. Hablamos no de dos países diferentes en un mismo continente, sino de dos planetas con seres tan distintos. ¿Qué percepción de la realidad podría tener alguien que jamás levanta un libro y lo explora para mejorarse como ser humano?
      Con escasos 20 años de celebración, desde 1995 fue promovido por la UNESCO el 23 de abril como el día internacional del libro. ¿Por qué el invento más importante de la historia apenas tiene 20 años de ser celebrado y reconocido? Si tan determinantes para la civilización han sido los libros como lo fue el dominio del fuego y la invención de la rueda.
      Para el "Día Internacional del Libro" que supuestamente coincide con el fallecimiento de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare en 1616, las fuentes confirman que Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano. En todo caso, es un día ceremonioso para festejar la importancia de un útil y hermoso objeto como lo es el libro.

lunes, 10 de abril de 2017

Una copa de absenta

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Una copa de absenta

Aunque mi cabello he cortado hasta limitarlo con las ideas, y una corbata ha sustituido mi bufanda moteada de rojos... yo sigo visitando al clan de los bardos, allá, donde anida el caos en una copa de la absenta, en la que una pequeña dama verde con alas recita de vez en cuando poemas hermosos que rebotan en la cúpula de los opuestos. A veces, no miento, esa hada engendra increíbles horrores cuando canta. Transmuto, reincido, me cincelo gustoso en una sola forma engreída para poder cohabitar en otras formas. Escribo esto con los dedos entumecidos de sueños y es justo así, en este momento, cuando me comparo a los poetas.