viernes, 10 de febrero de 2017

Leer a Heiddeger

Vozabisal
    por Hans Giébe


Leer a Heiddeger


      Respecto a Martin Heiddeger... siempre he disfrutado la lectura de cualquiera de sus textos. Es un volcán iluminando la noche. El trabajo voluminoso de Hermenéutica de la facticidad precede en ideas a Ser y tiempo. Sin embargo no todo en Heidegger me parece tener una solidez y un rigor metodológico. Más bien, continúa la tradición alemana de oscurecer las preguntas más simples de acceder mediante el entendimiento. A diferencia de los filósofos ingleses, siempre más apegados a la empiria y a la aseveración sin merodear demasiado en las posibles respuestas, los filósofos alemanes tienden a ahogarse en un sinfín de argumentos meramente adornados con literatura. Este es el caso de Heidegger.  
       La famosa pregunta de "¿Qué es el ser?" es una tomada de pelo refinada, tautológica. En algún momento desarrollé varias ideas al respecto. En síntesis, esa pregunta es inválida, pues 'sólo es lo que es'… es decir, cuando Heidegger hizo la pregunta debió detenerse en "¿Qué es...?" puesto que el "ser" es el vínculo entre los objetos y no un objeto en sí, no es el ente si se pretende ser técnico con el lenguaje filosófico. 
     Es probable que Heidegger, degustador de Descartes, haya hecho ese planteamiento a la manera francesa: Qu'est-ce que c'est?, que quiere decir "¿qué es esto que es?". Lo cual es un cuestionamiento tautológico aberrante para la ontología, pero pronunciada en francés puede ser bastante aceptable. En inglés o castellano sólo decimos ¿what's this? o ¿qué es esto...?" e indicamos el objeto a conocer. Es decir, usamos el índice para indagar y enlazar conceptos. Todo se puede señalar, incluso los lugares hipotéticos donde reposa la nada. Heidegger jugaba como un perro persiguiendo su propia cola dando vueltas y vueltas al hacer su famosa pregunta por el ser.
     Acceder a la filosofía requiere de una secuencia de lecturas cronológicas. Si vamos a elegir a Heidegger para iniciar una travesía por los grandes cuestionamientos metafísicos, debemos indagar un poco sobre sus predecesores. La filosofía pura sigue siendo griega pues en Grecia se ejerció el pensamiento como nunca antes en la historia y como en ninguna otra cultura. No podemos simplemente ignorar la historia del pensamiento. No se puede simplemente ejercer un derecho geográfico eurocentrista. Estamos hablando de la historia del pensamiento universal, por lo tanto es indispensable e ineludible conocer las aportaciones de quienes preceden la causa de la filosofía moderna. 
      El pensamiento científico también es griego. No digo que es necesario aprender griego antiguo, latín, francés, inglés o alemán. Solamente que una lectura sensata de Heidegger nos va a exigir consultar a algunos filósofos previos si queremos asimilar a fondo y no solamente de manera superflua o folletinesca. Por ejemplo, son recomendables las lecturas a grandes rasgos de las obras de Parménides, Heráclito, Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel, Nietzsche y Husserl. Muchos de los conceptos de Heidegger son de la tradición germana, como el dasein o el ser allí, que tanto ha aportado a la comprensión del concepto de existencia. 
       Hay algunos textos que sí requieren el mayor esfuerzo de concentración y entrega, por ejemplo ¿Qué es la metafísica? y la tan aclamada obra filosófica del siglo XX, Ser y Tiempo, pero hay otros textos de menor rigor técnico, más asequibles al lector iniciático como Carta sobre el humanismo. Leer filosofía no es lo mismo que leer literatura, así sea literatura escrita por los propios filósofos. El lenguaje filosófico puede llegar a ser un mar de terminologías muy especializadas y siempre será referente de la tradición griega.