sábado, 17 de agosto de 2013

GÉRARD DE NERVAL

¡Oh!

hermano que habitas

las sombras

de la estática piedra,

he venido

a tu obelisco

donde aún se eleva

tu hosca voz.

 

Somos

la estirpe de la noche.

 

Desdeño las palabras

porque reniegan

de la eternidad del viento.

Reniegan del alba y del rocío,

del agridulce canto

de los cuervos.

 

Por eso quisiera

revivir contigo

los antiguos rituales

del verbo.


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