El sueño de Yadwigha Henri Rousseau |
Primer
destello, tímida luz, nacen las formas:
el
claror de la luna y los cromáticos seres,
criaturas
rebosantes entre voces sonrientes,
con
esbozos inventados de antiguos idiomas.
Toda
criatura es festejo y regocijo en llamas,
celebración
de imagen en distraída mente.
¡Habla
para que te vea, voz interna, ardiente!
Asciende
por la naturaleza que reclamas.
Cuantiosos
granos de polen que la vida llevan,
buscan
las áridas tierras para su existencia.
Florecer
los campos, al cielo pétalos trepan.
Toque
divino que anima los mitos e inventan
los
manantiales y los canales de Venecia,
aquel
verdor y el latido que a la vida alientan.
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