lunes, 19 de agosto de 2013

HABLA, PARA QUE TE VEA (soneto)


El sueño de Yadwigha
Henri Rousseau

Primer destello, tímida luz, nacen las formas:

el claror de la luna y los cromáticos seres,

criaturas rebosantes entre voces sonrientes,

con esbozos inventados de antiguos idiomas.

 

Toda criatura es festejo y regocijo en llamas,

celebración de imagen en distraída mente.

¡Habla para que te vea, voz interna, ardiente!

Asciende por la naturaleza que reclamas.

 

Cuantiosos granos de polen que la vida llevan,

buscan las áridas tierras para su existencia.

Florecer los campos, al cielo pétalos trepan.

 

Toque divino que anima los mitos e inventan

los manantiales y los canales de Venecia,

aquel verdor y el latido que a la vida alientan.


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