La quietud del fondo
bravura exangüe
del caudal del río.
Frágil ala de mariposa,
el delirio.
Una tarde después de la lluvia,
el rubor de la luna.
El acto abnegado,
mi flama.
Un peine en tus dedos,
los dedos el peine.
La flor que fallece
al inocente tacto.
Tus labios sudando
las gotas de brisa,
la brisa en tus labios.
Aroma a tierra fresca
del campo recién cosechado.
Cada gran misterio en la sonrisa.
El lecho amoroso,
la joven virgen, del hogar pobre.
La mirada ansiosa
posada en las estrellas.
Los mitos robados al febril viento.
Una oración
y dos plegarias a la tierra.
El delicioso sueño
que al despertar se olvida.
El beso avinado
sobre la carne entumecida.
La caída del sol
de cuadro en cuadro.
El primer aliento de la noche.
Amada mía,
te veo en todo lo indescriptible
que los poetas apenas imaginan.
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