martes, 24 de junio de 2025

Un hombre quiso abarcar el cosmos, y, de repente, frente a él, una semilla de trigo, quieta, intacta. 

viernes, 30 de mayo de 2025

EL ÁRBOL DE FUEGO

 

 

  

Para celebrar la primavera con vehemencia

y disipar los cirros en el aire,

he avivado la ráfaga fueguina

en cada lengua de la rama. 

A cambio, 

he recibido del dorso

de un maravilloso árbol de fuego

el perfume de una amante

en un sarcófago de ámbar

cubierto de lúbricas canciones.

Mujer,

¡cuánto mundo te he perdonado,

cuánto respiro terrestre

destilando su jugo en las esteras!

Para seguir exhalando en las cumbres

los rubores de la tarde

como guardian y fogonero,

como esos poetas y chacales 

que al diablo custodian 

para apaciguar su intensa llamarada.

Ese árbol de fuego 

que por las noches ha velado mi sueño

y por las mañanas yo el suyo

ha crecido en medio de la urbe,

adornando cementerios de concreto, 

tan mecánicos y estériles, 

como un termitero de carne. 

Al cobijo de un árbol de fuego, 

me vi bailar 

con ninfas y faunos

incitándolos a la prostitución. 

Una fiebre me arropaba

como una marea de luciérnagas 

a contra viento 

y una cimitarra que con su filo 

dividía el rojo y sus contornos. 


León, Guanajuato.

jueves, 24 de abril de 2025

LA ESCAMA DEL AMANTE (Octosilva)

 

                                      Culebra chirrionera o serpiente látigo rayada 

                                                               (masticophis laterales)


El centígrado punzante

delineó gustoso el algodón etéreo,   

la feral corchea en el dorso del diamante  

y las formas de la nube.

Su látigo fue el siseo, 

trinchete gustativo que elevaba al cielo

enroscado breve en radiantes mirasoles.

Un coágulo brillante

cayó en el adoquín de esmaltes y de vértebras

bajo columnatas de terso camuflaje.

Hermosísimas serpientes 

arrullando a las rocas con su pecho urente, 

con un colmillo de cicuta y de deseo 

y en su ofidia lengua el verbo

con la perpetuidad del sol y sus clamores, 

de amores varios consumados en penumbra. 

Miedo siempre compartido, 

de engullir o ser mordido

por un temblor abigarrado de apetitos

y geometrías de delicioso trazo 

en la escama del amante.

lunes, 24 de marzo de 2025

TODO EN TI ES LÁGRIMA

 ¿Qué me dices 

de los pies cocidos 

puliendo las banquetas?

¿Qué me dices 

del cansancio primordial 

en la boca de los cántaros? 

No basta una semilla con alas

aferrándose a los vientos. 

No basta un ente de penumbra  

al desplegar sus alas 

para apapachar la noche. 


¿Acaso son tus ojos 

los que se fijan en la charca  

dispuestos para sepultarse?

¿Acaso es el antílope 

cuya órbita visora

se asfixia en el colmillo? 

Toda silueta es aleatoria

a su propio engrane

de pura ensoñación. 

Una moneda en el ojo 

para que vuelvas a casa.


Una moneda 

para tu peaje de retorno

a las púrpuras llanuras 

y al añil de la laguna. 

Hombre mínimo.

Mujer mínima. 

Ser con huarache en el asfalto.

Ser con el rebozo de luto.

Todo en ti es lágrima.

Todo en nosotros,

despojo. 

jueves, 27 de febrero de 2025

ANÉMONAS

  

                     Claude Monet


Envuelve 

mi cuerpo con tu cuerpo

hacia el cauce del rojo coral 

y sus carnosos humedales,

a la pequeña boca

de anémonas risueñas. 

Allá abajo, 

navego y navego

inerme a la deriva 

y en restriego suave 

de nubes saladas.


Envuelve 

mi cuerpo con tu cuerpo

en la perpetua arena, 

en la plenitud del océano 

cuando lleno con semillas 

tu mano, tu espalda,

y con mi gran pincel 

embadurno de perlas

tu vereda de vértebras

en el lumbar naciente.


Marina dicha de siameses 

antes de volver el sol,

pues a pesar de ser 

un obseso diurno, 

todas mis creaciones 

son nocturnas,

porque venero 

el sopor que viene

como respiro suave

del clamor y la agonía.

sábado, 25 de enero de 2025

ILUSIONES PROPIAS


No cometeré el error 

de no vivir en el incendio

como aquellos que le rinden culto 

a la materia.

No vacilaré 

en desdeñar la opacidad de los templos

que desprecian 

la urente fragancia de la carne. 


No dimitiré 

sin haber explotado delicadamente,

y de nariz en nariz,

cada rostro de los girasoles

empotrados en la sequedad

del firmamento.


Que la locura borbotee 

en sus semillas

y sustituya los vanos artificios

de los que nunca amaron.

Que la locura se propague 

porque vulnerables son

al carbón enrojecido.


Ojalá que el delirio se derrame

en la frente y en la vista, 

en la cavidad del oído,

porque amar 

es arriesgarse siempre

cual maraña

en la flama del anhelo. 


Amar,

definitivamente,

es un morirse de a poco,

cargando las ilusiones propias

y sosteniendo las ajenas.