Un cisne podría ser encontrado
por otro cisne con
igual blancura
que sea su espejo,
un alivio y cura
de igual esencia e
indivisible canto.
Puede ser visto el
solitario cisne
en su misterioso
lago real,
bebiendo estrellas
de halo boreal,
junto a la aurora
que a morir resiste.
Los delineados ojos
de la hembra
reconocen la
sinigual sustancia,
la deliciosa
alquimia que me engendra:
Plumajes elegantes,
sin malicia,
ese beso, el trocito
de una almendra,
de un amor que sin
mácula reinicia.
-Hans Giébe,
Veracruz,
México.