Yo
veo al amor desde afuera,
como
lo hace el viento,
como
de alguna forma
lo
anhela la materia.
Yo
veo al amor desde afuera,
crudamente
gris,
sediento
como piedra.
Abundo
de ausencias
y
soledad posada
en
esta boca abierta
que
ha olvidado esa palabra.
Hace
no mucho
que
ya no veo el amor
desde
afuera,
pues
ahora él me ve
desde
muy adentro.
* * *
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