Un extraño sueño es esta vida
absolutamente amargo,
a decir de los ascetas,
antes del brusco despertar.
Ni reyes ni musas ni cantos
han podido comprar
tan solo un ínfimo latido
más allá del que retumba
distraídamente bajo el tórax.
Se elevarán contigo,
entre ronroneos violetas,
esos diminutos querubines negros
de pupilas infinitas.
Se elevarán contigo
las oscuras hadas del destino.
Te arroparán inmaculado para llevarte
como se llevaron al profeta,
en un carruaje de fuego
y de pie sobre las nubes.
Quisiéramos estar
toda vez que gire
la gran espiral de los astros,
perdurar lo más posible
como la montaña y el desierto.
Pero lo perpetuo
no nos fue concedido,
tan sólo vastedades incrustadas
en los ojos de quien sueña.
No comments:
Post a Comment