”Haré que nos devuelvan esas tierras”
dijo el héroe, asaz cuerpo de niño,
traidora muerte le guardó el destino
en la vileza vil de nuestras guerras.
Tan esbelto cuerpo en mortaja y lino
canciones enjoyadas, todas áureas
espuelas en el viento, tan purpúreas
en ese último tramo del camino.
Zapata nunca muere, sigue vivo
en cada mexicano, en cada causa
en cada emblema de coraje altivo.
Zapata sigue por la noche mansa
y a la nada le canta dulces trinos
porque el héroe, cabalgando avanza.
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