miércoles, 29 de abril de 2015

Heráclito



Heráclito (540-484 a.C.) por H.Brugghen, 1628. Foto: El Sol de Hidalgo.
Vozabisal
El Sol de Hidalgo
29 de abril de 2015

Por Hans Giébe

Pachuca, Hidalgo.- Es uno de los presocráticos más destacados y originales, una luminaria de la Grecia Clásica, un filósofo, con toda justicia de esta palabra, y, por supuesto, un radical. Heráclito es mi predilecto cuando pienso en los forjadores de la filosofía de Occidente. Se detecta la gran influencia que ejercieron sus indagaciones dialécticas a sus contemporáneos, sofistas, pitagóricos y a los pensadores modernos, en especial, a los alemanes Hegel, Nietzsche y Heidegger.

Cuando leí Los 126 fragmentos y los testimonios de otros filósofos como Aristóteles y Cicerón, me pareció encontrar a una mente prodigiosa que le era ajena a sus congéneres y a su época. Creo que Heráclito fue demasiado hondo al dictar sus sentencias, y fue demasiado lejos. A pesar de que Diógenes Laercio, el recopilador de biografías, le atribuye la obra Sobre la naturaleza, no tenemos más que sólo fragmentos de lo que fue, al parecer, una extensa obra reflexiva.

Junto con Parménides, me parece que El oscuro de Éfeso, Heráclito, coincide con variantes de la doctrina oriental sobre la existencia. En especial, sobre la incesante mutabilidad de las cosas y el movimiento constante de la realidad. Alfa y Omega son la cabeza y la cola de la misma serpiente que se lanza una mordida para atragantarse de un principio sin fin. Nada es estático. Todo se funde en su doloroso y perpetuo cambio. Ninguna causa, ser o cosa, están exentos de su contrario y de un opuesto con la motricidad de un devenir irrefrenable.

La agudeza de sus pensamientos respecto al motivo esencial de los hombres, la felicidad, se encamina a descubrir directrices duras de asimilar por la muchedumbre. Se expone en el fragmento número IV (VI 401): Si la felicidad residiera en los placeres del cuerpo, proclamaríamos felices a los bueyes cuando encuentran para comer alverjas amargas.

Heráclito es un antiplatónico al remarcar la importancia que tienen los complementos, negando las verdades absolutas, fijas, y explorando la variabilidad de las causas. Se percata uno al entrar en contacto con la cosmología griega de que los conocimientos herméticos estaban presentes. Lo hago constar con esta cita: El camino arriba y abajo son uno y el mismo (LX). Recordemos que la distancia temporal entre el Egipto de Hermes y la Grecia de Heráclito son cerca de más de dos mil años, los mismos que nos separan a nosotros de la luz en el apogeo de Atenas. La armonía invisible vale más que la visible (LIV), dice el Oscuro de Éfeso, a quien así se le conocía por sus soliloquios inaccesibles para el común de la gente.

Allende a la afirmación de que la filosofía radica en la personalidad del sujeto que hace filosofía, yo creo que el tema toral de toda filosofía es el hecho de que se tenga una relación directa e indisoluble entre la vida del pensador y sus escritos, con cada detalle, cada situación, cada idea y personas conocidas, son factores que van determinando la dirección de un estilo de pensamiento. Heráclito es el filósofo del ????? (logos), el corrosivo pensador y el observador del flujo.

Provenía de una familia acomodada y aristócrata, y no sólo eso, sino que heredó las funciones sacerdotales que su padre tenía. A esto se debe su conocimiento de antiguas doctrinas egipcias y de los cultos órficos y dionisíacos (grupos místicos originados en creencias prehelénicas que afirman la supremacía de Zeus respecto a otras deidades, generando una especie de monoteísmo en el siglo VI a.C.). El Oscuro probablemente recibió lecciones del propio Anaximandro, discípulo de Tales de Mileto.

Parece que Heráclito siempre guardó distancia de los efesios, desdeñándolos, no sólo por su elevada alcurnia, sino por su condición de pensador. Su apogeo coincide con la celebración de la Olimpiada 59, y sus enseñanzas están en boca de los iniciados e instruidos. Rechaza los elogios y la oferta del Rey Darío para ir a su corte e instruir a los persas, retirándose al templo de Artemisa. Al ser el sucesor de un linaje de aristócratas, rechaza el máximo cargo, yéndose a vivir a las montañas donde se alimentaba de hierbas silvestres.

Es difícil comprender, para los torpes, por qué alguien nacido con lujos deja todo para ir a vivir solo y convertirse en un misántropo. Es difícil comprender las manifestaciones del logos sobre la tierra, y de vez en cuando aparece una mente hermosa como la de Heráclito para traer un poco de sabiduría a las bestias.

El Oscuro de Éfeso enfermó de hidropesía. Según Diógenes Laercio (IX i-17), volvió a la ciudad y preguntaba a los médicos de forma enigmática si podían hacer de una lluvia torrencial una sequía. Estos no comprendieron y entonces él se encerró a sí mismo en un estercolero, esperando que con el calor del estiércol se evaporara la humedad. No consiguió nada, y terminó su vida con sesenta años.

     
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lunes, 20 de abril de 2015

La caza chica...

Una habitación para la caza chica


"UNA HABITACIÓN DE LA CAZA CHICA"

El escritor Alejandro Zenteno, presentó su nueva obra poética.

Por Michel Ardan.

El pasado viernes 17 de abril de 2015, fue presentado el libro "Una habitación de la Caza Chica" de Alejandro Zenteno en el Centro de Arte y Filosofía de la ciudad de Pachuca, Hidalgo. El poeta estuvo acompañado de los escritores hidalguenses Virgilio Guzmán Valdez y Hans Giébe, quienes hicieron una reseña de la obra. 

Alejandro Zenteno, mencionó que hace algunos años, junto a Enrique González Rojo, Arturo González Cosío, Roberto López Moreno y otros camaradas decidieron construir, en conjunto, la "Caza Chica". Se trataba de salir de cacería de versos que anduvieran por allí volando para que habitaran en esa morada.

El poeta dijo que como tenían prohibido dispararles o utilizar cepos criminales, lo que atraparon fueron poemas pequeños como haikús, tankas, neuronerías, grenguerías, minipalindromas, alburemas, poemínimos y demás especímenes que pasaron a habitar la Caza. A Alejandro Zenteno le correspondió una habitación para acomodar a sus inquilinos. 

De igual forma, el maestro menciono que en los campos de la imaginación pudo atrapar otras especies más grandes, sobre todo unos migrantes oriundos de Italia que han colonizado todos los rincones de Hispanoamérica, y que les llaman sonetos. En vista de que éstos son demasiados voluminosos para habitar la Caza Chica, el poeta tuvo que acomodarlos en el jardín.

El maestro Zenteno dijo que por el momento no ha tenido reclamos de la asamblea de vecinos, ante lo cual aprovechó para elaborar las "escrituras" contenidas en el libro presentado y, mediante fe pública de los lectores, dejar asentado el documento en el Registro Poético de la Propiedad.

Se debe mencionar, que en el evento estuvo presente la directora del Centro de Arte y Filosofía, Diana Angélica García Chávez, quién desde el 2010, abrió este espacio para darle difusión a los proyectos de artistas, escritores y músicos que no tienen cabida dentro del denominado "arte oficial" del gobierno, que en la mayoría de los casos, no es el mejor que existe, pero si el que se adapta a las necesidades políticas de nuestros gobernantes.

El escritor Hans Giébe, Diana García Directora del CAF, el poeta Alejandro Zenteno,
el escritor Virgilio Guzmán y el Dr. Julio Gálvez Director del Nuevo Gráfico.

miércoles, 8 de abril de 2015

Andréi Tarkovski

Vozabisal
                     por Hans Giébe


Andréi Tarkovski
Un clarividente en el cine


ESCENAS que ralentizan encuadres hasta lograr un efecto de obra pictórica, un paisaje, un retrato. Se atreven a provocar la inmovilidad sin dejar la secuencia. A veces la música de fondo nos persuade de que el rollo de película sigue corriendo aunque la imagen se vea congelada.
    El cineasta nos recuerda la infancia y nos coloca con una serie de fotogramas de la época dorada, al lado de un perro, una mascota, recreando el hogar con la figura de una madre tras la ventana. Llueve y los árboles reciben con sus diminutas lenguas verdes el golpeteo de las gotas… al fondo una casa arde, está en llamas bajo el diluvio. La escena es evocadora. La madre del poeta y el poeta en plena infancia miran cómo se consumen en fuego aquellas paredes de madera justo bajo el ballet de la lluvia.
     Tarkovski es un obseso de las escenificaciones acuosas y de los objetos que se reflejan en el agua. En la mayoría de sus filmes el agua no es un elemento pasivo, más bien, tiene un protagónico sobresaliente. Este elemento germinador de vida participa del guión general. Si se observan con detenimiento, los charcos, los ríos, la lluvia, los vados, los manantiales y el mar, tienen incluso una personalidad bien definida. El chasquido de un chopo es el chasquido de una palabra que el director hace visible al espectador. En el film biográfico Un poeta en el cine, se ve cómo inaugura el diálogo con el reflejo de la luna en una simple charca. La imagen del astro cercado por los dobleces de la luz que producen los temblores de las ondas es ya el primer discurso poético que el director mantendrá con el espectador.  
     “Transfigurando el abecedario humano”, Tarkovski se involucra a fondo con el argumento, lo padece, se lleva la mano a la cabeza en grávido gesto. Se envuelve así mismo con los actores, instruyéndolos en la pose exacta para cada acto. En el documental de 1988, donde Andréi expone algunas ideas extraídas de su largometraje The Sacrifice y de su libro Esculpting in time. Hay una primera escena donde aprecia el trabajo minucioso con cada cuadro que se girará a 24 por segundo en la pantalla grande. Recrea la historia de un monje ortodoxo llamado Pamve quien plantó un árbol al estilo ikebana japonés. No es estrictamente un árbol, es una rama seca a la que su pupilo Ivan Kolov riega prometiendo a su maestro seguir haciéndolo todos los días hasta que esa rama seca resucite. La constante simbología del árbol se aprecia a lo largo de sus últimos trabajos. Al igual que el agua, es un símbolo potente que sabe explotar con hondura y agudeza manipulando el tiempo como los magos. Film is a mosaic of time”, dice el cineasta.
     Muchas veces dependía de un traductor del ruso, su lengua materna, para darse a entender en otros idiomas como el inglés, el sueco o el italiano. Fue hasta 1983, tres años antes de morir de cáncer, cuando se fue definitivamente de la ex Unión Soviética debido a la constante vigilancia del gobierno. La especial manera de un creativo para expresar y exponer su particular visión del mundo, se hace constar en algunas frases como la siguiente: “Tengo una relación contemplativa con la realidad. No pienso en la realidad, trato de percibirla.” Y toda esta idiosincrasia la graba en cada toma.
     Andréi Tarkovski Fue parte de la transición del formato en blanco y negro al color, incurrió en la ciencia ficción (Solaris y Stalker) para concluir su guión con El sacrificio. A manera de voto personal considero Nostalghia como el trabajo que mejor explota las cualidades únicas de este director ruso. La fotografía, la trama, y los acercamientos de tomas son casi insuperables. La escenografía italiana, destacando los termas de la época de Caracalla y la exquisita arquitectura romana, culmina con una toma enfocada en una escultura ecuestre donde un actor –meramente un pazzo- exclama: “¡Hombre, escucha! Agua, fuego, después, la ceniza”, para concluir su discurso derramándose un balde de combustible y luego prenderse fuego frente a la audiencia.
     Bastan unos minutos en el celuloide para comprender esta aseveración que revela una de las convicciones del director: “El propósito del arte es ayudar al hombre a mejorarse así mismo espiritualmente.” Con Tarkovski todo juega un papel determinante, incluso la grieta de ese grueso muro a espaldas de una niña que mantiene un diálogo con un hombre de saco largo arrastrado en las aguas cristalinas de esas ruinas del imperio romano. Él le pregunta (en italiano) “¿Estás contenta?”, y ella responde “¿de qué cosa?”, y el hombre con un trozo de cigarro en la boca y con un semblante de extravío concluye, “…de la vida”.




 Nostalghia, por Andréi Tarkovski (1932-1986)