El muro te dirá que no,
la lluvia te dirá que no,
la gente te dirá que no.
Pero eres más
que un débil resplandor
entre las nubes.
Más que el color y la forma
y esa pasión desmedida
que te mantiene arriba,
siempre arriba,
bailando sobre los andamios
un delicioso vals,
solamente audible,
en los protectorados del sueño.
Para contornear la luna,
delinear el rostro de las aves,
tan grande como lo desees
y de paso darle
algunas pinceladas al sol.
Dibujar puñados de alas
para que lo toquen
y ascender
siempre ascender
junto a tus creaciones
ignorando la caída.