Foto: Francisco Navarro Ruiz
Hurgando en despojos varios
de estas locustas grafías,
entre sus vocablos rotos
que vibran de acústica onda
justo al clarear los días.
A leguas del pulcro tacto
y la extrañeza del agua
que ha pepenado sus notas
en aquel viento sin tregua
y una canción morinata.
Es justo a medio desierto
de vastedad celulosa,
donde está el signo y la marca
de aquel insepulto abismo
y unas moneras de plata.
Las fragancias de uno mismo
en la cresta de una duna
o ese nimbo de la idea
que solamente aquella urna,
tan saciada de animismo,
nuestra oscuridad aguarda.