jueves, 9 de noviembre de 2023

AMECAMECA (silva)

       
               Detalle de un mural en la "Perulera", Tacuba, CDMX


       A Karen Ochoa

      estos versos premonitorios 


Tan fruto y tan mía eres

que tanto habré de degustarte a solas.

Mujer que te embelleces

en cada paso dado sobre arena,

abstraída en ti, inmersa y tan cautiva,

dueña eres de la tierra

del tiempo roto en el curvado péndulo.

y el medianil del astro

sin que él mismo supiera. 

Te veo en Venecia o en Amecameca, 

en Paris o en Noruega, 

de tez mediterránea te anhelo,

culminada a párpado bronceado

de pálidos embrujos y perfumes,

te veo en mis húmedas almohadas.

Me cautivas hondo y hondo me consumes

con la malla del liguero y el encaje,

que enredas que te ajustas

a las nocturnas redes de tus piernas

o al mousse crepuscular de tu cabello.

Hembra mía, radiante,

hechicera ojidulce,

dadora de caricias, terciopelo,

en complemento a tus prístinas uñas.

Abrevaré de tu cauce en la cima

y calidez del seno.

Mujer mía, es verdad,

que todos esos cisnes

se parecen demasiado a los ángeles,

y es verdad que soy yo

lo más cercano y parecido al cisne,

pues nuestra filiación

es por un hilo de luz en picada

al fondo del océano,

con seres condenados

al oscuro ritual de su descenso.

Fémina de atunados labios, dama,

rajada vulva que ama

al respiro leve, al compás inverbe,

y al tacto de mis sueños.

Cambié para ti diez gotas de sangre

por una sola de semilla láctea

que ofrecí solemnemente a tu espalda.

Recogimiento en flor,

el ideal y el eros,

de nuestra carne conjugada en carne.

Lo único que yo he podido tomar

de vetustos y alegres callejones,

es esta sombra que arrastran mis pasos

bajo épicos balcones.

Mujer, ya no suspires,

deja la memoria intacta y serena

pues tienes mi bufanda

y mi alunada noche por consuelo.

Empieza a clarear esta mañana

y te veo a mi lado

Recordarás esta verdad por siempre:

todo corazón nace ya ocupado

por el constante anhelo

de amar o ser amado.


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