lunes, 2 de diciembre de 2013

LA PARADOJA DE ESCHER


Maurits Cornelis Escher (1898-1972)


Para Ana, ab imo pectore

                    

Rota esa imagen laberíntica

que brota viva de lo inerte.

Reptiles anchos, retorcidos

dos en uno ensamblados.

De su lengua escapan insectos,

burbujas de su boca

en peregrinación rotativa

al ritmo quedo del ascenso.

 

Desgajada, múltiple escalera.

En mis manos la gruta

que se acostumbra al cubo

dominado por bufones

que han vencido la demencia,

con docenas de cuchillas

dividiendo los oídos

en cinco penta-dimensiones.

 

Tamiz de oriente,

a medio desierto y a medios colores,

el vidrio se hizo mariposa

de ageométricas esferas

y plumosas golondrinas.  

Deformaciones criaturiles

atrapadas en vitrales

de una turbia estrella matinal.

 

Engrane duro de serpiente

tragando sus extremos,

peces, redes, telar de acero

y un búho de lunático cantar

se asoma cauto por el cielo

con los tonos de sanguina,

con el rostro deshilado

en los cuerpos sobrepuesto.

 

Huella medieval,

alfil blanco en el tablero.

Los pilares del Oriente

sobre lomo de tortuga

y dorados unicornios

fastidiados de brillar

en los bordes de la alquimia

donde nadie busca más.

 

El saber ronda la nada,

en imposible dualidad,

viejo castillo bicolor

como nube hecho redondo

y una jaula de cristal.

 

Matemática binaria

hechicera de las formas

por encima de la tríada

y tres enigmas sin final.


           *Amsterdam, 05.08.2011


       *    *     *


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