Regocijo
que despliega sus alas,
deleite
de ángeles y serafines.
un
hombre simple soy de torpes fines,
deseo
de nubes, perdición de hadas
Hurto
a cada noche sus bellas plumas
A
crueles semidioses los confines,
a
indigentes que no soñaron cisnes.
sino
anhelar vagar sobre las dunas.
Yo
soy un ave que al cielo se dirige,
que
se refugia, que de angustias vive,
un
árbol seco o la sedienta esfinge.
Pronto
acabará el vuelo que nos rige,
Transición
alada, aridez que inhibe,
que
al absurdo encadena y nos dirige.
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