A Vasile Pascanu
con amistad perpetua
Que
se consuma el tiempo
en
su vapor de aliento desgarrado.
Que
se calcinen los astros
en
el volcánico caldero de su entraña.
No
he mirado hacia atrás.
Desde
hace mucho que no volteo
a
ninguna parte, amigo.
El
futuro es burbuja frágil
al
que instigo con agujas
y
todo porvenir con implosiones.
Se
han ido las abstracciones
que
hacíamos en las calles.
¡Que
se consuma el tiempo
en
su enlodada cima!
Vuelve
a entrenar
piadoso
como eras,
a
tus ratas y palomas,
cultiva
su hambre de seguir estando
por
el deber irreprochable
de
la célula y la alquimia.
Pero
que te deje en paz el año por venir,
pues
no dependes de sus giros,
mi
más preciado amigo,
ni
de sus arbitrarias penitencias.
* * *