Es posible que la vida transcurra
fuera de mí,
que haya sido expulsada
por la garganta fría de una boa.
Es posible que me haya abandonado
como los gorriones
cuando dejan el nido desecho
por un granizo metrallado
desde arriba.
Me dejas desnudo aquí,
para ser espectro vigilante,
protector del caos,
un paciente anacoreta
en espera del derrumbe.
Soy esa rotura en la porcelana
que consterna a quien la mira
por sus intrincados centelleos
de relámpago hecho miniatura.
Me has dejado
al margen de una lápida
junto a un tulipan negro
y una flauta quebradiza.
Tirado en la orilla
de ese brevisimo oleaje
de los charcos arcillosos.
No soy un poeta,
soy una pluma que danza
mientras el rocío dispersa
su música inaudita.
Vida, te disipas
en la exactitud de la grieta
que se truena
abriéndose camino
dentro de mí,
pedazo a pedazo.
fuera de mí,
que haya sido expulsada
por la garganta fría de una boa.
Es posible que me haya abandonado
como los gorriones
cuando dejan el nido desecho
por un granizo metrallado
desde arriba.
Me dejas desnudo aquí,
para ser espectro vigilante,
protector del caos,
un paciente anacoreta
en espera del derrumbe.
Soy esa rotura en la porcelana
que consterna a quien la mira
por sus intrincados centelleos
de relámpago hecho miniatura.
Me has dejado
al margen de una lápida
junto a un tulipan negro
y una flauta quebradiza.
Tirado en la orilla
de ese brevisimo oleaje
de los charcos arcillosos.
No soy un poeta,
soy una pluma que danza
mientras el rocío dispersa
su música inaudita.
Vida, te disipas
en la exactitud de la grieta
que se truena
abriéndose camino
dentro de mí,
pedazo a pedazo.